«El Garage» cumple 25 años
«Que veinte años no es nada», dice el tango, garageros. Bueno, podríamos decir nosotros, depende. Depende de lo que uno haga, porque cualquier espacio de tiempo es corto si se vive en la inercia, y cualquiera se llena de vida, riqueza y experiencias cuando al tiempo le acompañan la pasión, las ganas de hacer y la ilusión.
Con esas tres cosas hemos vivido nosotros, no veinte, sino ya veinticinco años, y desde luego nadie podrá decir que para El Garage ese tiempo no haya sido nada. Pensadlo: ¡qué cantidad de cosas, qué tupida red de experiencias, de vida, de ilusiones y pasión se acumulan en el registro de estos veinticinco años de la asociación, y en la memoria de cada uno de nosotros! No, no se puede decir que esa historia compartida no sea nada.
Al contrario, es mucho, muchÍsimo. Y no sólo para nuestra vivencia personal, sino también para la vida cultural de nuestra ciudad y para el tango. ¿Cuántas asociaciones de este perfil alcanzan esta edad? ¿Cuántas lo hacen con el vigor de nuestra asociación? ¿Cuántas entidades consiguen en el ámbito tanguero, en España o en Europa, la veteranía, la experiencia, la solidez y la reputación de El Garage?
Por eso, en recuerdo y homenaje a toda esa memoria acumulada, en reconocimiento del trabajo y la ilusión de nuestros socios y de todas las juntas directivas que se han ido sucediendo, hemos preparado un programa muy especial para la celebración de nuestro vigésimo quinto aniversario. Aquí tenéis el cartel anunciador de ese programa y el enlace a su contenido completo: tango bailado, tango hablado, tango escuchado. Tango en todas sus formas y versiones. Tango por tierra, mar, y aire. Tango público y privado, tango en lata y tango fresco, en vivo y en directo. Cuatro días, con sus noches, llenas de tango y pasión, milongas desde el jueves al domingo. La música íntima, artesanal, y delicada de las orquestas en vivo, sin red, y la emoción de la gran música de la edad de oro seleccionada y servida por siete ases locales. Siete. ¿Alguno de vosotros se va a perder todo esto?
No. Venid todos y participad en esta fiesta de la memoria compartida y orgullosa. Pero tened en cuenta una cosa: la vida y la riqueza emocional de una persona o de cualquier entidad se alimentan al mismo tiempo de memoria e ilusión. Bien está que celebremos lo vivido. Pero sólo como anticipo y promesa ilusionada de lo que está por vivir. En esta fiesta del tango de febrero no brindaremos (sólo) por los últimos veinticinco años, sino por los próximos veinticinco.
Por lo menos.