Las garageras «primaveras de tango» cambia ubicación a la Plaza de La Seo
Aunque las temperaturas de los últimos días nos lleven a pensar otra cosa, estamos hoy, todavía, terminando la primavera, y queremos por eso hacer un breve recuerdo fotográfico de unas Primaveras de Tango en las que ha habido de todo: vientos, diluvios y calores tórridos.
Y no sólo calor meteorológico, sino también calor humano. La ubicación en la Plaza de La Seo, en el mismo salón de la ciudad, ha sido, a nuestro juicio, un éxito, porque las tres milongas que pudimos celebrar fueron respaldadas por muchos de nuestros bailarines y, lo que es casi más importante, por numeroso público. Al fin y al cabo, se trata de eso, de acercar el tango a la sociedad, de sembrar tango en ella, y de recordar al público la existencia, tenaz y apasionada, de una asociación dedicada a esta cultura.
Los que aquí vivimos sabemos que nuestro clima no es precisamente dulce ni afable, y esta primavera nos ha dado cumplida muestra de todo tipo de condiciones meteorológicas adversas. Pero no hay planta más fuerte que la de la estepa, ni árbol que arraigue más hondo que aquel que debe agarrarse a un suelo duro para hacer frente a todo tipo de intemperies. Nosotros nos vemos como ese árbol, y nos sentimos felices de que las Primaveras de Tango se hayan consolidado, gracias a la pasión y la tenacidad de nuestros socios, como un evento fijo y seguro en el mayo zaragozano, como un feliz y llamativo encuentro cultural para quienes en ese mes paseen las calles del centro de nuestra ciudad.
En septiembre, en los Otoños de Tango, no esperamos menos. Seguiremos cultivando la dulzura equinoccial en la ciudad sin equinoccios.